Recuerdo al crítico uruguayo Jorge Jellinek, por Pablo De Vita


Resultado de imagen de jorge jellinekAdemás de ser actor de dos películas (una de ellas española) de alto impacto, Jorge Jellinek era uno de los profesionales más reconocidos del Uruguay donde desarrolló una extensa labor como programador y critico cinematográfico.




Con su clásico pelo renegrido, sus anteojos de gran aumento, y su campera color león de otro tiempo, era habitual ver a Jorge Jellinek en diversos festivales de cine. Sin abandonar ni su estilo ni su vestuario fue el protagonista de La vida útil, de Federico Veiroj, protagonizando a un empleado de una cinemateca que tras veinticinco años de trabajar allí se queda sin empleo y debe redefinir su horizonte. Por ese papel obtuvo el premio en el BAFICI al Mejor Actor y lo llevaría a presentarla junto a su director en el imponente escenario del Kursaal del Festival de Cine de San Sebastián. 


Ese rol significará un segundo trabajo en cine, un papel importante en el reparto de El muerto y ser feliz, la película que el español Javier Rebollo filmó en Argentina con el protagónico de José Sacristán y que integró la competencia del Festival de Mar del Plata. Pero Jorge Jellinek si bien era un hombre de cine no era principalmente actor, sino un destacado crítico cinematográfico y periodista cultural heredero de la mejor tradición en la materia que observa el Uruguay, y desde 1982 luego de haberse especializado en estudios antropológicos colaboraba en diversos medios de su país como en los diarios Últimas Noticias y Tiempos del Mundo y en publicaciones internacionales como la International Film Guide. Ex vicepresidente de la Asociación de Críticos de Cine del Uruguay había integrado el jurado Fipresci de los festivales de Mar del Plata, Bafici y Río de Janeiro. Asimismo fue un destacado programador y director artístico de varios festivales, entre otros del Festival Internacional de Cine de Punta del Este y también el de Piriápolis. En los últimos años su amistad con el productor Fernando Goldsman lo había involucrado en varios eventos de gran calidad como el Festival de Cine Judio, CineFem, el Festival de Cine Latino que completaban el calendario esteño. Durante el último BAFICI, al que asistió con su habitual simpatía, tuvo una crisis cardiaca de la cual se enteró recién a fines de junio, cuando tuvo una internación ante el agravamiento de su salud que desencandenó el inesperado desenlace en la madrugada del sábado 22 de Junio en Montevideo, ciudad donde había nacido en 1957.